La primera parte se movió al ritmo que querían los alemanes, un juego lento, pausado y sin apenas contragolpes, el mejor arma del Madrid. Por mucho que el Bayern tenga a Robben y Ribery, a los muniqueses no les interesaba entrar en el intercambio de golpes y así se desarrolló el choque.
El Bayern golpeó primero y castigó la personalidad madridista. El Real Madrid respondió con gol de Ozil a pase de Cristiano Ronaldo. Y cuando pensaba en la vuelta puso su rodilla sobre la lona.