Diez años después de la final de la Eurocopa, las selecciones de Portugal y Grecia volvieron a verse las caras en un partido tan amistoso como mediocre. De hecho, los portugueses y los griegos no fueron capaces de pasar del empate a 0. Mientras tanto, el goleador Cristiano Ronaldo tuvo que conformarse con ver el partido desde el banquillo: como consecuencia de la lesión muscular que sufre, el entrenador Paulo Bento prefirió dejarlo como suplente.
Tras el pobre juego realizado por los portugueses, el único consuelo para la afición es que Cristiano progresa adecuadamente de su lesión, según ha señalado la Federación Portuguesa de Fútbol. A la vista de esto, es de suponer que podrá participar sin problemas en el Mundial de Brasil, pese a que Bentomanifestó sus dudas sobre si el crack llegaría en buen estado al campeonato.