Cristiano Ronaldo está disfrutando de un merecido descanso en la isla griega de Míkonos, acompañado por su hermano y amigos. El portugués quiso aprovechar la ocasión para ir a las zonas de ocio más conocidas de la isla, donde fue visto por los paparazzis bebiendo una copa de vino o entrando en discotecas.
Al parecer, Cristiano pudo haber hablado personalmente con los paparazzis para pedirles que dejasen de tomar fotografías. A cambio, permitió que se tomasen unas cuantas fotos con él, en tono distendido y amigable. Gracias a esta medida, los paparazzis se dieron por contentos y dejaron de seguir a Cristiano, quien ahora puede seguir disfrutando de sus vacaciones con normalidad.