Hay jugadores sobre los que no hay discusión.
Nunca se enfadan, nunca se revelan,
Nunca suscitan preguntas ni comentarios.
Y también están aquellos que provocan.
Cuya pura genialidad infunde miedo en los corazones de sus enemigos,
y esperanza en los corazones de sus fans.
Jóvenes de todas partes sueñan con ser ellos, o con vencerles.
Ellos son los únicos a los que no podemos evitar sentir profundamente,
Amarlos u odiarlos.
Cuando llega ese momento y la evidencia continúa acumulándose,
Ni sus más grandes críticos pueden negar la insuperable verdad.
Cristiano Ronaldo, ganador del balón de oro 2008.