Los milagros existen. Y para ello, nada mejor que buscarlos en el torneo de clubes más antiguo del mundo, en la Copa con más linaje, tradición y solera de todo el mundo entero. Se llama FA Cup, se juega en Inglaterra y es capaz de lograr cosas tan maravillosas e increíbles como la que hemos visto este sábado en Old Trafford. Tévez y los ingleses Paul Scholes y Owen Hargreaves volvieron a la titularidad después de la victoria en Liga de Campeones ante el Lyon de la pasada semana. El United experimentó contratiempos en la portería, al lesionarse su meta titular, el danés Edwin Van der Sar, quien tuvo que ser reemplazado en el segundo tiempo por el cancerbero polaco Tomasz Kuszczak.
A la contra, Kranjcar dejó solo a Baros ante Kuszczak (que había reemplazado al lesionado Van der Sar) y el polaco le derribó: penalti a favor del Portsmouth y expulsión del meta reserva. Para colmo, como Alex Ferguson ya había hecho los tres cambios, el central Rio Ferdinand tuvo que ponerse bajo palos buscando la heroica pero nada pudo hacer ante el remate de Sulley Muntari. El 0-1 subía al marcador, con menos de un cuarto de hora por delante, y con diez hombres en el campo el asunto se tornaba ya irreversible para los de Old Trafford. El resto fue pura angustia para el United, dejando el pase a semifinales en manos de un Portsmouth que ha tocado el cielo con las manos. Desde 1992 que no se metían entre los cuatro mejores de la FA Cup, y ahora lo han hecho cargándose al equipo que les eliminó en la cuarta ronda de la edición anterior. No podría haber sido más dulce la revancha para el Pompey.
