Resulta imposible, y creo que será para toda la historia, ignorar el 7-1 del pasado año en Old Trafford entre ambos equipos en similares condiciones del torneo. Esa losa siempre le valdrá el intento de ‘vendetta’ a los romanos pero, desde luego, el valor lo tiene la clasificación, el pase a unas semifinales ansiadas por ambos proyectos. Los dos, además, para crecer en su idea de fútbol abierto, singular y ofensivo.
Las ideas más claras eran de la Roma aunque las ocasiones excasearon en los comienzos, pero la Roma es la que más atacaba. Vucinic hacía las labores de Totti en la zona de ataque, buscando huecos y abriendo la defensa inglesa. Y el primer tiro a puerta fue un cabezazo de Panucci. El veterano lateral está esta temporada muy goleador. El público silbaba constantemente al Manchester United en general pero a Cristiano Ronaldo en particular, ya que era el peligro más aparente del equipo inglés. Los visitantes respondieron al cabezazo de Panucci con un disparo desviado de Anderson que se fue muy alto.
Cristiano Ronaldo intentó sorprender en una falta muy lejana a Doni, aprovechando que la Roma no había poblado la barrera, pero el disparo tampoco entró esta vez. Pero era la Roma la que jugaba más cómoda, porque estaba marcando la intensidad del encuentro. No estaba dejando colocarse sobre el césped a los hombres de Ferguson e incluso sacaba rápidamente las fueras y las faltas para intentar sorprenderles.
Cristiano Ronaldo realizando el remate del 0-1
Así, en un desmarque muy bueno de Rooney con un control perfecto, habilitó a Scholes con un alón abierto al extremo. El ‘pelirrojo’ la tocó al área donde llegó como un avión Cristiano Ronaldo para picarla con un cabezazo inmenso que superó a Doni. El luso mostraba otra de sus cualidades poco antes del descanso y avisaba de la pegada de un United que aún no se había estrenado de cara al arco local.
En la segunda parte, conscientes de que un 0-1 era muy adverso para remontar en Old-Trafford, el Roma presionó desde el primer momento e insistió ante la puerta de Van der Sar, con ocasiones claras, pero desperdiciadas, como la de Panucci en el minuto 7, que disparó muy alto el balón que le entregó Manicini de cabeza. Además, cuando no fueron fallos propios, fue la defensa del Manchester o su portero los que acabaron con las aspiraciones que el Roma puso en un disparo de Giuly, que acababa de sustituir a Taddei, o un cabezazo Vucinic, en el minuto 18.
Y es que a pesar de todo lo sudado, un centro de Brown muy pasado y al que sólo Park mostró fe, terminó cayendo en el área tras un mal intento de despeje de doni. Rooney, algo despistado y lento, supo pese a ello darse la vuelta y empujar para llevar a los extremos la pegada visitante. De allí al final, dos disparos de Carrick y Ronaldo (el del luso al poste), pudieron confirmar una goleada pero, desde luego, y pese al compromiso romanista, necesitan un partido perfecto en Old Trafford. Excesivo castigo pero un premio justo a la pegada.
